Aunque con frecuencia granallar y chorrear son términos empleados como sinónimos, los expertos en el tratamiento de superficies Valencia saben que no pueden considerarse dos procesos idénticos.

Por ello, vamos a aclarar tus dudas definiendo los conceptos de cada tratamiento de superficies en Valencia. La técnica del chorreado se realiza con equipos que pueden ser automáticos, semiautomáticos o manuales y se utilizan diversos abrasivos como arena, cristal, cáscara de nuez, silicato o microesferas de vidrio.

El sistema puede ser de presión o de succión. El aire comprimido lanza las partículas abrasivas sobre la superficie a tratar con una gran velocidad de impacto.

La operación del granallado, aún teniendo el mismo objetivo, se diferencia de la del chorreado en el medio utilizado para lanzar las partículas sobre la superficie a tratar y sobre los materiales abrasivos. En el granallado se emplean turbinas cuyas palas se encargan de lanzar los abrasivos.

Las máquinas granalladoras suelen ser automáticas. Respecto a los materiales abrasivos, los utilizados en el proceso de granallado suelen ser más pesados: hierro, acero, acero inoxidable, etc.

El tamaño, forma, dureza, densidad y forma de los materiales abrasivos (granallas) influyen de distinta manera en los acabados obtenidos en las superficies tratadas:

- Tamaño: de él dependerá la rugosidad obtenida en la superficie tratada.

- Forma: esférica y angular. La esférica proporciona un acabado más suave en las superficies.

- Dureza: si el abrasivo chorreado es mucho más duro que la superficie a tratar se pueden producir deformaciones indeseadas en la pieza.

- Densidad: puede influir en la huella, si bien es el factor menos determinante.

En Decamer somos expertos en la ejecución de ambas técnicas, por lo que te invitamos a conocerlas con más detalle. Estaremos encantados de proporcionarte toda la información que necesites y permanecemos a tu disposición para aclarar cualquier duda que puedas tener. ¡Consúltanos sin compromiso!