Cuando vamos a decapar pintura en Valencia en alguno de nuestros trabajos, a veces encontramos óxido en el metal que hay bajo ella. Cuando el objeto es antiguo esto no tiene nada de raro: el óxido se extiende. Además, también puede ser un caso de un mal pintado sobre una superficie oxidada de antemano.

En general el metal de hierro puede estropearse con el óxido, y eso afecta a la integridad de la estructura. Es un verdadero peligro en caso de los esqueletos de los edificios. Pero también hay casos en los que el óxido forma una capa protectora. Por ejemplo, el óxido de cobre, de color verde claro, es una capa que protege el cobre puro inferior. Un caso paradigmático: la Estatua de la Libertad. Por eso en nuestro trabajo al decapar pintura en Valencia conviene saber con qué estamos tratando. El óxido no siempre debe eliminarse, como ves. Ahora bien, ¿qué es el óxido?

El óxido es el producto de una reacción química entre los átomos del metal y el oxígeno, que es abundante en el aire que respiramos. En esa reacción, el metal se combina con el oxígeno y el resultado es otro tipo de metal, que se acumula en la superficie donde se ha producido.

Cada tipo de óxido (de hierro, de cobre, de níquel, de zinc...) tiene sus peculiaridades y características. En el caso del óxido de hierro, como te hemos señalado arriba, puede acabar destruyendo todo el objeto. Ya sabes: las chapas metálicas se corroen y agujerean, las superficies se sueltan y disgregan como en «lascas» y, a nivel microscópico, se observa porosidad. El hierro oxidado es frágil y no sirve para sostener ninguna estructura, sea un viejo automóvil o un edificio.

En Decamer sabemos lo importante que es tratar adecuadamente el óxido a la hora de decapar grandes superficies deterioradas. ¡Consúltanos!